Hace dos años el licenciado Epifanio López Gutiérrez introdujo a la comunidad telares de pedal, para trabajar hilos de algodón. Marcelina Hernández Bautista fue de las primeras en sumarse al proyecto del licenciado.
Primero entró para aprender y porque el licenciado les pagaba, “para el refresco” por una jornada de trabajo en el taller. El primer telar era del licenciado, pero después el grupo se organizó y por medio del Centro de Desarrollo Indígena consiguió el apoyo para tener sus propios telares.
Ahora en el taller, Marcelina y sus compañeras tienen la oportunidad de hacer su propia producción y experimentar con la técnica. El grupo se dedica sobre todo a hacer bolsas que conjuntan el tejido de palma con el telar de algodón. También elaboran rebozos, manteles y demás textiles.
La producción artesanal, a diferencia de la producción industrializada y masificada, permite un espacio de creatividad. Marcelina disfruta mucho trabajar en telar de algodón, dice que le gusta experimentar y mezclar los colores y los diferentes hilos. Marcelina le ha transmitido este gusto por el tejido en telar a su hija.